FERVOR Y DEVOCIÓN: PROCESIÓN NOCTURNA EN TEQUEXQUITLA EN HONOR A LA VIRGEN DEL CARMEN
En una muestra de devoción y tradición, el fervor hacia la Virgen del Carmen y el Niño Jesús se desbordó en la víspera del 16 de julio durante la procesión nocturna sobre tapetes de aserrín en Tequexquitla. El evento, que duró siete horas, iluminó las calles con cánticos y pirotecnia.
Un Espectáculo de Fe y Arte Efímero
La procesión, similar a «La Noche que Nadie Duerme» de Huamantla, transformó las calles de Tequexquitla en lienzos de aserrín y flores. La creatividad de los artesanos se desplegó desde la Parroquia de la Virgen del Carmen hasta las calles principales, adornadas con tapetes de colores y dalias frescas.
La Procesión
A las 22:30 horas del lunes, la Virgen del Carmen, vestida con un manto café y un velo claro, fue descendida de su nicho. Acompañada por el Niño Dios, con un ropón crema diseñado por un apizaquense, la imagen recorrió las calles sobre una carroza llena de rosas. El cielo se iluminó con luces de bengala, anunciando su paso.
Pirotecnia y Música
Bombas, cohetes, cascadas y coronas de fuego, elaboradas por artesanos de Xaloztoc, añadieron un toque espectacular a la procesión. A su paso, familias entonaron «Las Mañanitas» con mariachi y tambora, mientras la feligresía mostraba su respeto descubriéndose la cabeza.
Un Encuentro de Tradición y Comunidad
Martha Hernández Vélez, presidenta del Comité Organizador de la Virgen del Carmen, destacó que 18 calles fueron adornadas con tapetes para esta celebración. La participación de migrantes de la Ciudad de México, Puebla y Estados Unidos refleja la unión y devoción de la comunidad.
Un Legado de Fe
La procesión, iniciada hace más de 50 años por el presbítero José Rojas Valadez, sigue siendo un pilar de la tradición local. Vicente Suárez, un fiel devoto de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, visita cada año a la Virgen del Carmen, agradecido por un milagro que sanó su enfermedad crónica.
Talento Local en Acción
La familia Balderas de Huamantla, reconocida por sus tapetes y alfombras, trabajó durante cinco horas en el diseño de 80 metros lineales de tapetes de aserrín. Emmanuel Valderas, de 19 años, compartió que el trabajo en cada calle cuesta entre 18 y 30 mil pesos, dependiendo del material